A LA ALTURA DE UN EXIGENTE REPERTORIO

El sábado 28 del pasado mes de marzo participé en un concierto, tras el que entraría en las vacaciones de Semana Santa. El lunes de la próxima semana volveré a los ensayos con los coros, pero antes de comenzar esa rutina he querido dejar aquí mis impresiones de aquella cita.


La Coral Santa María de Portugalete llegaba preparada a su Concierto Sacro, después de la intensa preparación que exigía un repertorio de doce títulos, de considerable dificultad en su mayoría. Un programa atractivo y variado, con obras a capela, con acompañamiento instrumental y con soprano solista, que el público apreció. SICUT CERVUS de Palestrina, GLORIA de Vilvadi, POPULE MEUS de Victoria, LAUDATE DOMINUM de Mozart y CANTIQUE DE JEAN RACINE de Fauré fueron algunos de esos títulos.



Con la maestría de Pedro Guallar Otazua al piano y la cálida voz de Pantxi García Etxabe como soprano solista, las interpretaciones del coro se vieron enriquecidas, agradando al público que, una vez más, completó los bancos de la Basílica de Santa María de la Villa Jarrillera y aplaudió con entusiasmo.



Un concierto de una hora, defendiendo obras de cierta complejidad en su mayoría, como fue el caso, requiere de una buena preparación y una elevada concentración en su ejecución. El coro, pese a algún momento de "apuro", demostró estar a la altura en el que sin duda ha sido el concierto más exigente que he tenido con esta agrupación.



Podemos estar satisfechos por haber superado satisfactoriamente esta prueba, después del esfuerzo general realizado, y ello debe motivarnos para continuar en esa línea de trabajo y mantener el nivel en las próximas citas.



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