TERCERA MARATÓN
Más que maratón, fue un Ironman lo de Burgos el fin de semana pasado, con la Coral de Cámara Vadillos.
Comenzamos el viernes a las 18h. en la Catedral, para realizar los últimos preparativos de cara a nuestra participación en el Homenaje a Ángel Bravo. Como habréis visto en la sección Eventos el concierto empezaba a las 20h., pero participando cuatro coros teníamos que llegar con suficiente antelación para que todos pudiésemos realizar las pruebas necesarias en el Altar Mayor. La organización lo tenía todo perfectamente cronometrado y después de las pruebas por separado, pasamos los cuatro coros la obra conjunta con la que terminaríamos el concierto, dirigida por José Inocencio Fernández Pérez.
Resultó un acto muy ameno, en el que cada coro dio muestras de su identidad. Fue un placer participar en este atractivo homenaje y poder poner de manifiesto el valor de la obra de D. Ángel Bravo, un autor desconocido para mí hasta entonces.
Al día siguiente a las 11h. habíamos quedado para iniciar el ensayo intensivo que nos permitiría participar en la Noche Blanca burgalesa, y nos ocuparía hasta las 14h. y de 16 a 19h. Fueron seis horas de ensayo en el que no sólo trabajaríamos el repertorio que presentaríamos por las calles de Burgos a la noche, sino también algunas obras de nuestros próximos compromisos: todo un reto y un tremendo esfuerzo.
El objetivo era poder cantar de memoria en los tres pases que teníamos programados, en los arcos de San Juan, El Pilar y San Gil. Todo un reto para este coro, por no estar acostumbrado a cantar sin partituras y por tener que hacerlo con obras de una considerable dificultad, y en cuatro idiomas diferentes. En la sección Vídeos encontraréis algunas muestras.
Tengo que reconocer que este coro me sorprendió. No esperaba tanto derroche de energía en cada obra, y menos, después de haber pasado todo el día ensayando, sin olvidar el esfuerzo del día anterior.
Como he comentado en otras entradas, la Coral de Cámara Vadillos está pasando por un proceso de fuertes cambios, desde hace unos años, debido al relevo en la dirección, a la nueva propuesta de trabajo y a las continuas idas y venidas de integrantes, pero tengo la impresión de que ese proceso está llegando a su fin: aunque todavía necesitamos reforzarnos en algunas cuerdas para conseguir una mayor estabilidad, el ambiente en el grupo es muy bueno y estamos consiguiendo una sintonía, decididos a remar todos en la misma dirección, que se refleja en los resultados.
El punto de inflexión, para mi, fue el concierto en Medina de Pomar a comienzos de este mes, en el que se demostró una gran seriedad y concentración. Las nuevas propuestas técnico-vocales se sienten cada vez más interiorizadas, asumidas, siendo capaces de efectuarlas con mayor naturalidad. Esa palpable sintonía a la que antes hacía referencia, junto con el trabajo de escucha y atención que venimos realizando, nos está aportando un sonido compacto, conjunto. Desde esa fecha, en Medina, estamos siendo capaces de repetir estas sensaciones tanto en los ensayos como en las actuaciones. Lo que no me esperaba es que bajo tanto cansancio y unas condiciones, digamos que poco favorables, consiguiesen rendir al mismo nivel. Yo también me encontraba muy cansado -cómo no estarlo- pero ahí llegó la sorpresa: no sólo fueron capaces de cantar perfectamente de memoria, sino que derrocharon energía, ganas e ilusión, como nunca les había visto. Fue comenzar la primera obra, y sus timbradas voces y sus expresivas caras me hicieron olvidar todo el cansancio.
¡Muchas gracias Coral de Cámara Vadillos! Me habéis hecho sentir muy orgulloso.
Sacristía Mayor, donde nos tocó cambiarnos
Cada coro presentamos tres obras de Ángel Bravo, maestro de capilla de la Catedral de Burgos, que falleció el año pasado. A nosotros nos tocaba abrir el concierto, y lo haríamos con Secuencia de Pentecostés, Gustate et videte y Laudate dominum. Después vendrían la Coral de Cámara San Esteban, la Coral Santa María la Mayor y el Coro Universitario de Burgos.
Al día siguiente a las 11h. habíamos quedado para iniciar el ensayo intensivo que nos permitiría participar en la Noche Blanca burgalesa, y nos ocuparía hasta las 14h. y de 16 a 19h. Fueron seis horas de ensayo en el que no sólo trabajaríamos el repertorio que presentaríamos por las calles de Burgos a la noche, sino también algunas obras de nuestros próximos compromisos: todo un reto y un tremendo esfuerzo.
El objetivo era poder cantar de memoria en los tres pases que teníamos programados, en los arcos de San Juan, El Pilar y San Gil. Todo un reto para este coro, por no estar acostumbrado a cantar sin partituras y por tener que hacerlo con obras de una considerable dificultad, y en cuatro idiomas diferentes. En la sección Vídeos encontraréis algunas muestras.
Tengo que reconocer que este coro me sorprendió. No esperaba tanto derroche de energía en cada obra, y menos, después de haber pasado todo el día ensayando, sin olvidar el esfuerzo del día anterior.
Como he comentado en otras entradas, la Coral de Cámara Vadillos está pasando por un proceso de fuertes cambios, desde hace unos años, debido al relevo en la dirección, a la nueva propuesta de trabajo y a las continuas idas y venidas de integrantes, pero tengo la impresión de que ese proceso está llegando a su fin: aunque todavía necesitamos reforzarnos en algunas cuerdas para conseguir una mayor estabilidad, el ambiente en el grupo es muy bueno y estamos consiguiendo una sintonía, decididos a remar todos en la misma dirección, que se refleja en los resultados.
El punto de inflexión, para mi, fue el concierto en Medina de Pomar a comienzos de este mes, en el que se demostró una gran seriedad y concentración. Las nuevas propuestas técnico-vocales se sienten cada vez más interiorizadas, asumidas, siendo capaces de efectuarlas con mayor naturalidad. Esa palpable sintonía a la que antes hacía referencia, junto con el trabajo de escucha y atención que venimos realizando, nos está aportando un sonido compacto, conjunto. Desde esa fecha, en Medina, estamos siendo capaces de repetir estas sensaciones tanto en los ensayos como en las actuaciones. Lo que no me esperaba es que bajo tanto cansancio y unas condiciones, digamos que poco favorables, consiguiesen rendir al mismo nivel. Yo también me encontraba muy cansado -cómo no estarlo- pero ahí llegó la sorpresa: no sólo fueron capaces de cantar perfectamente de memoria, sino que derrocharon energía, ganas e ilusión, como nunca les había visto. Fue comenzar la primera obra, y sus timbradas voces y sus expresivas caras me hicieron olvidar todo el cansancio.
¡Muchas gracias Coral de Cámara Vadillos! Me habéis hecho sentir muy orgulloso.
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